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Factor masculino severo: ¿existe una causa genética?

Factor masculino severo: ¿existe una causa genética?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor del 10% de las parejas tendrán que hacer frente a problemas de fertilidad. Un 50% de las causas son debidas a un factor masculino. Una gran parte de los varones con problemas de fertilidad tienen una concentración muy baja de espermatozoides (factor masculino severo):

¿Existe alguna causa genética detrás de este problema? ¿Cuáles son las pruebas que puedo realizar para estudiar el origen?

Cariotipo

El cariotipo es el conjunto de cromosomas de un individuo. El ser humano tiene 23 pares de cromosomas: los autosomas (22 pares) y un par de cromosomas sexuales (X e Y) que van a determinar el sexo del individuo.

La realización del cariotipo nos permite detectar si existe una alteración en el número normal de cromosomas, así como en su estructura.

¿Cuándo está indicado realizar el cariotipo?

En los casos de factor masculino severo existe una mayor probabilidad de tener anomalías cromosómicas.

El síndrome de Klinefelter (XXY) es una de las alteraciones más frecuentes en la población, con una prevalencia de 1 en 500. La mayoría de los varones portadores de esta alteración no van a producir espermatozoides.

Sin embargo, puede darse el caso en el que la alteración cromosómica no esté presente en todas las células del organismo (mosaicismo). El pronóstico de estos pacientes va a ser más favorable.

Las alteraciones cromosómicas que afectan a la estructura normal de los cromosomas (traslocaciones robertsonianas, reciprocas, inversiones…) también pueden dar lugar a una disminución de la calidad espermática.

¿Qué puedo hacer si tengo el cariotipo alterado?

Es importante conocer qué tipo de alteración cromosómica presenta el varón para poder recibir un adecuado consejo genético. En el caso del síndrome de Klinefelter, a pesar de la ausencia de espermatozoides en el eyaculado, aproximadamente en el 50% de los casos se pueden obtener espermatozoides a partir de una biopsia o punción testicular.

En este síndrome y en las alteraciones cromosómicas estructurales es recomendable realizar un PGT-A tras la fecundación para determinar el estado cromosómico de los embriones, ya que un porcentaje de los mismos va a presentar alteraciones cromosómicas desbalanceadas que darán lugar a abortos o anomalías congénitas en los recién nacidos.

Estudio de microdeleciones del cromosoma Y

A pesar de su pequeño tamaño, el cromosoma Y contiene la información necesaria para que ocurra la diferenciación sexual en el feto, es decir, es el que va a marcar el sexo biológico como varón. Además, este cromosoma tiene una región conocida como AZF (factor de azoospermia) que contiene genes que están implicados en la formación de los espermatozoides (espermatogénesis). Actualmente, se han identificado tres subregiones: AZFa, AZFb y AZFc.

Las microdeleciones de la región AZF del cromosoma Y son la segunda causa de infertilidad masculina de origen genético.

Se estima que el 10% de los varones con alteraciones en el seminograma pueden haber perdido alguna o varias de estas regiones.

¿Qué implicaciones tiene ser portador de microdeleciones del cromosoma Y?

Dependiendo de la región o regiones delecionadas, el grado de severidad en la alteración de la producción de espermatozoides será diferente:

  • Deleción de la región AZFa: testículos pequeños, azoospermia, elevación de los niveles de FSH y testosterona. Es la más severa.
  • Deleción de la región AZFb: afecta al proceso de maduración final de los espermatozoides. También se asocia a azoospermia.
  • Deleción de la región AZFc: Es la más frecuente (66% de los casos) y la que tiene mejor pronóstico. Se asocia con oligozoospermia.

En un 10% de los casos, se produce una combinación de la deleción de las regiones AZFb y AZFc.

¿Qué puedo hacer si soy portador de microdeleciones en el cromosoma Y?

Tras ser diagnosticado como portador de microdeleciones, y si no existe ya una azoospermia, es recomendable realizar una custodia seminal para preservar la fertilidad, ya que se puede producir una rápida progresión hacia un fallo espermático total.

Asimismo, es de gran importancia que los pacientes microdelecionados reciban un adecuado consejo genético que les ayude a orientar su tratamiento reproductivo. Además, debido a su origen genético, esta alteración será transmitida a la descendencia masculina.

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Estudio genético de fibrosis quística

La fibrosis quística es una enfermedad genética muy frecuente en la población caucásica, siendo 1 de cada 25 personas portadora sana de la enfermedad. Existen más de 1400 mutaciones en el gen CFTR que causan la fibrosis quística.

Al ser una enfermedad recesiva, cuando dos personas portadoras tienen descendencia existe una probabilidad del 25% de tener hijos afectos.

El 95% de los varones afectos de fibrosis quística presentan azoospermia debido a la ausencia de los conductos deferentes, que son los encargados de transportar los espermatozoides del testículo al eyaculado.

¿Qué puedo hacer si tengo fibrosis quística?

Los varones azoospérmicos podrán realizarse una punción testicular con el fin de obtener espermatozoides para realizar la fecundación.

Además, es importante recibir un adecuado consejo genético con el fin de evitar tener hijos con la misma enfermedad.

Test genético de la espermatogénesis

Además de los genes comentados anteriormente, existen otros muchos implicados en la espermatogénesis que, gracias a los avances en secuenciación masiva, se están empezando a identificar. Mutaciones en estos genes pueden ser responsables de un fallo espermático en el varón.

Para completar el estudio genético en la infertilidad masculina, Instituto Bernabeu ha desarrollado una novedosa prueba que permite estudiar 426 genes implicados en la espermatogénesis.

Mediante técnicas de secuenciación masiva, podemos determinar la presencia de mutaciones en alguno de estos genes. Esto va a permitir realizar un tratamiento mucho más personalizado, así como valorar el pronóstico reproductivo del paciente.

También va a ser de gran utilidad a la hora de preservar la fertilidad, sobre todo en pacientes jóvenes, antes de que el fallo en la producción de espermatozoides sea total.

Alba Cascales, bioquímica del Instituto Bernabeu

BIBLIOGRAFÍA

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