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Vitrificación, la revolución del frío

Vitrificación, la revolución del frío

Cuando se habla sobre la vitrificación es habitual asociarlo con el retraso de la maternidad, es decir, con la preservación en frío de óvulos para poder ser utilizados en el futuro. Esa posibilidad es, en sí misma, asombrosa, ya que permite mediante la congelación celular avanzada y ultrarrápida, preservar esos gametos para su uso en el futuro. Pero las aplicaciones de esta técnica son tan variadas y numerosas y han cambiado hasta tal punto el trabajo de las clínicas de fertilidad más prestigiosas que los expertos no dudan en referirse a la vitrificación como ‘revolucionaria’.

“Podríamos decir que, ahora mismo, la criopreservación es el área más importante de cualquier clínica de reproducción asistida”, asegura el responsable de la Unidad Operacional de Biología de la Reproducción del Instituto Bernabeu de Alicante, el Dr. Jorge Ten. Y es que, según palabras del experto, esta técnica “ha cambiado muchísimo en los últimos 6-8 años”. Inicialmente, la vitrificación se realizaba usando “la congelación lenta, lo que provocaba daño celular” en el ovocito. Esta célula es “la más grande en el cuerpo humano en el caso de las mujeres y la que tiene la mayor cantidad de agua, por lo que a la hora de congelar funcionaba peor al formarse cristales que dañaban su estructura”. Los cristales que se formaban como consecuencia de esa congelación lenta y la alta presencia de agua en la célula provocaba que las tasas de supervivencia fuesen “del 20-30%. Prácticamente no sobrevivían ovocitos”.

El trabajo de los científicos empezó a dar sus frutos a finales del siglo XX o principios del año 2000, cuando se empezaron a tener “protocolos nuevos” que hicieron que el proceso de congelación mejorase y se optimizasen resultados. Su uso se extendió por los mejores centros de reproducción asistida y, desde ese momento, ya con la técnica de vitrificación o congelación ultrarrápida desarrollada, la situación inicial de poca supervivencia y daño a la célula “ha cambiado”.

Pero para que sea posible la incorporación de la vitrificación a un centro de reproducción asistida, es necesaria la especialización, la calidad y un aprendizaje intenso por parte de sus profesionales. El Dr. Jorge Ten explica que en el caso del Instituto Bernabeu de Alicante hay “una curva de aprendizaje muy importante porque las técnicas son difíciles de realizar, requieren de un entrenamiento de los embriólogos”. Además, según explican desde el centro alicantino, es fundamental “la honradez” en la aplicación de esta técnica, ya que deben congelarse células sanas y de alta calidad para que puedan sobrevivir al proceso sin alteraciones. Gracias a este esfuerzo ético, profesional y formativo y a la aplicación, por tanto, de la técnica de la criopreservación en todas las sedes del Instituto Bernabeu, “podemos decir que las tasas de supervivencia están en torno al 95%” en el centro, tasa superior a lo que marcan “los estándares de calidad, que se sitúan en el 85-90%”.

El origen de la necesidad de criopreservar ovocitos “empezó con pacientes oncológicas, para preservar su fertilidad”. La aplicación de “tratamientos de quimioterapia o radioterapia” pueden dañar o deteriorar “el epitelio germinal del ovario”, por lo que éste “podría no ser capaz de producir óvulos” posteriormente. Gracias a la congelación en frío la mujer puede, por tanto, conservar sus ovocitos y usarlos en un futuro para lograr la maternidad después del tratamiento.

Pero con el tiempo, las aplicaciones de esta técnica han aumentado y se han extendido a otras áreas de la medicina en reproducción asistida, ofreciendo así una solución a casos muy diversos. Un ejemplo es el retraso de la maternidad por causas sociales: “En la sociedad actual las mujeres retrasan su maternidad” respecto al pasado, lo que hace “que cada vez tengamos más mujeres de más de 35 años que nos propongan congelar óvulos para disponer de ellos en el futuro”. El Dr. Jorge Ten explica que la edad va asociada “a alteraciones cromosómicas y cuanto antes congelemos ovocitos, mejor, menos alteraciones va a tener, más sanos van a ser”. La solución sería criopreservar cuando la mujer es más joven, aunque todavía en la actualidad esta idea no está extendida socialmente. Ten explica que es una cuestión de información: “Las mujeres deben saber que pueden contar con sus ovocitos en un futuro si los criopreservan” cuando son más jóvenes.

Por otra parte, la criopreservación también es útil en otras áreas de la reproducción asistida. En la actualidad y gracias a esta técnica, “con la que ya llevamos en el IB muchos años, hemos podido optimizar los resultados hasta el punto de que en los tratamientos convencionales, como en una Fecundación In Vitro (FIV), tenemos la posibilidad de no transferir los embriones en fresco, sino que los congelamos y logramos resultados muy buenos”. Esto es útil cuando hay problemas específicos en el endometrio que se agravan con  la estimulación ovárica. Al tener criopreservados los embriones, se puede posponer su transferencia, “permitiendo recuperarse al endometrio y mejorar la posibilidad de su implantación”, explican desde el IB.

La congelación ultrarrápida también ha permitido al Instituto Bernabeu de Alicante “tener desde hace más de seis años un banco de óvulos de donantes y de criopreservación de ovocitos” que les permite “tener una reserva para el momento en el que se necesiten”. Además de que la técnica no daña la célula, tampoco lo hace el paso del tiempo. Un ovocito puede estar criopreservado indefinidamente sin sufrir alteraciones. El Dr. Jorge Ten explica, respecto al banco de óvulos, que siguen “trabajando con ovocitos en fresco, pero es una reserva” por si surge cualquier imprevisto.

Otra aplicación de la vitirificación es su utilidad para pacientes o parejas extranjeras, ya que “podemos tener los ovocitos y la muestra seminal congelada y realizar el tratamiento en cualquier momento, cuando a la paciente le venga bien y le sea posible acudir” a las instalaciones del centro alicantino. En este sentido, también es muy práctico para cualquier pareja, no necesariamente extranjera, contar con sus embriones vitrificados, ya que en caso de que no se lograse el embarazo con un primer FIV, no sería necesario volver a empezar el proceso de extracción de los ovocitos. “Con una sencilla preparación hormonal se realizaría la transferencia” de los embriones previamente congelados de la pareja, explican desde el Instituto Bernabeu de Alicante. Además, esa misma pareja y tras lograr el embarazo y el nacimiento de un hijo, “podría recurrir más tarde a los embriones congelados cuando se busque a un hermano”, añaden.

Las aplicaciones de la criopreservación son, por tanto, muy diversas y numerosas y abarcan distintas áreas de la medicina, la biología de la reproducción, la ginecología y también alcanzan un área de carácter más social, ya que gracias a esta técnica la mujer puede preservar su fertilidad. Es la revolución del frío, de la congelación ultrarrápida, que demuestra que, una vez más, la ciencia avanza para dar paso a la vida.

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