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Ausencia de útero o Síndrome de Rokitansky, ¿qué puedo hacer?

Ausencia de útero o Síndrome de Rokitansky, ¿qué puedo hacer?

El síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser -o simplemente, síndrome de Rokitansky-; es una enfermedad congénita (de nacimiento), que tiene como característica principal que las mujeres que la padecen carecen de útero.

El origen de esta infrecuente condición (1 en 5,000 nacimientos femeninos) se encuentra en una alteración durante el desarrollo de los genitales internos durante la etapa embrionaria/fetal. Además de la ausencia de útero, también suele presentar ausencia (parcial o completa) de la vagina.

Desde el punto de vista de fertilidad, resulta obvio que estas pacientes no podrán gestar debido a la ausencia del útero o matriz. Sin embargo, es importante remarcar, que el desarrollo de los ovarios no se ve afectado por este síndrome; es decir que las hormonas femeninas se producirán normalmente con la pubertad y por consiguiente las características sexuales de mujer se presentarán con normalidad (crecimiento de mamas y vello púbico, por ejemplo), a excepción de la regla. Es así que la amenorrea (ausencia de regla), suele ser el síntoma inicial que lleva al diagnóstico, el cual se comprueba mediante exámenes de imágenes: ecografía o resonancia magnética nuclear.

Desde el punto de vista de técnicas de reproducción asistida, y dado que la mujer mantiene los ovarios intactos (pudiéndose obtener óvulos para ser fecundados in-vitro); los esfuerzos se centran en “solucionar” la ausencia de útero. La técnica más empleada en estos casos es la llamada subrogación uterina, término que describe la transferencia de embriones a otra mujer con útero intacto capaz de sostener la gestación; esta técnica se emplea en algunos países europeos, aunque imperativos legales imposibilitan su aplicación en España.

Más recientemente, se ha descrito el llamado “trasplante uterino”; técnica que consiste en trasplantar el útero de otra mujer a la paciente que padece el síndrome de Rokitansky para que logre la gestación; y aunque tras el primer éxito de nacimiento producto de esta técnica (Suecia) se ha descrito también un segundo éxito en los Estados Unidos de Norteamérica; la técnica sigue siendo de una complejidad extrema incluyendo cirugías de considerable magnitud.

Finalmente, y aunque las tecnologías modernas de impresión de estructuras 3D permiten el diseño de órganos y tejidos (incluidos útero y células endometriales) que podrían recibir embriones; tales experimentos presentan tal vez insuperables retos éticos como para ver su aplicación clínica hecha realidad, al menos en un futuro cercano.

Dr. Juan Carlos Castilloginecólogo del Instituto Bernabeu

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