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Control obstétrico en embarazos de alto riesgo

Control obstétrico en embarazos de alto riesgo

Para todas las mujeres, el embarazo supone una etapa en su vida emocionante y gratificante, aunque requiere de un buen control del mismo para lograr un resultado satisfactorio tanto para la embarazada como para el bebé.

Los embarazos considerados de “alto riesgo” necesitan cuidados especiales y un seguimiento más estrecho.  Afortunadamente, estos casos sólo afectan al 10% del total y en la actualidad, la tecnología y la ciencia médica han desarrollado métodos efectivos para prevenir o controlar las complicaciones de manera positiva. Es por tanto fundamental identificar precozmente a aquellas gestantes con factores de riesgo a través de una buena historia clínica y valorar su importancia relativa para poder disminuir las consecuencias negativas y conseguir el mejor resultado al final del embarazo. No hay que asustarse si “etiquetan” nuestro embarazo como de alto riesgo ya que en la mayoría de los casos sólo implica un mayor número de visitas, no que vayamos a tener un problema durante la gestación.

Casos de riesgo obstétrico

Son múltiples las situaciones que pueden catalogar a un embarazo como de alto riesgo. Entre ellas:

  1. La patología materna previa al embarazo, incluyendo cualquier enfermedad crónica: diabetes, hipertensión, cardiopatías, coagulopatías, obesidad y bajo peso, epilepsia o malformaciones uterinas entre otras.
  2. Un segundo grupo lo forman las gestantes con antecedentes obstétricos desfavorables, es decir, situaciones en embarazos previos que puedan incrementar el riesgo de una complicación en el actual, como son: crecimientos fetales disminuidos, hipertensión inducida por la gestación, malformaciones fetales, partos prematuros, muerte fetal intraútero o abortos de repetición.
  3. Por último, un tercer grupo lo forman las causas feto-placentarias aparecidas en el transcurso del embarazo actual como, por ejemplo: embarazo múltiple, malformaciones fetales, menor peso fetal del esperado al estimarlo por ecografía, amenaza de parto prematuro, insuficiencia placentaria o diabetes gestacional.

Mayor control y seguimiento

Instituto Bernabeu

En estos embarazos es necesario un control más estricto y especializado, ayudado siempre por un equipo multidisciplinar. Este equipo integra obstetras altamente cualificados y con experiencia demostrada en el manejo de la enfermedad materna y fetal junto a profesionales de apoyo: biólogos moleculares, genetistas, endocrinólogos, matronas, pediatras y anestesistas. También se debe contar igualmente con medios técnicos de nivel: ecógrafos de alta gama y laboratorio propio para obtener y procesar todas las técnicas actuales de diagnóstico prenatal.

El objetivo es ofrecer a la gestante una atención individualizada ya que habitualmente conlleva cierto nivel de inquietud y preocupación. El número de visitas extra dependerá de la situación que llevó a considerar al embarazo como de alto riesgo y tiene como objetivo disminuir, en la medida de lo posible, los riesgos para el bebé y llegar al parto en las mejores condiciones.

Control obstétrico a partir de los 40 años

Cada vez nos encontramos con un mayor número de pacientes que desean quedarse embarazadas a partir de los 40 años, de tal forma que no es raro encontrar mujeres gestantes cerca de los 50. ¿Hay que hacer algún seguimiento de embarazo en especial en estas pacientes? La respuesta es sí.

Antes de entrar en las diferencias en el control vamos a dedicar unas líneas a la visita preconcepcional, ya que en ella no solo vamos a recibir asesoramiento sobre los riesgos, sino que también se va a llevar a cabo un estudio de nuestra salud general para detectar posibles alteraciones y poder corregirlas con anterioridad, disminuyendo así el riesgo de complicaciones.

Control en el primer trimestre

El aumento de la edad en la mujer predispone a errores en la genética de los ovocitos (concretamente en los cromosomas) de tal forma que con 42 años podemos encontrarnos con que hasta el 80% de los óvulos que nos quedan tienen estas alteraciones. Por esto, aumenta el riesgo de aborto y sería recomendable realizar una ecografía precoz en el primer trimestre (entre las semanas 8-10) para valorar la viabilidad de una manera temprana y no esperar a la ecografía de cribado de la semana 12-13.

Para poder saber cuánto antes si nuestro embarazo tiene riesgo de alteraciones cromosómicas está la posibilidad de la realización del test de ADN fetal en sangre materna con el que se pueden detectar anomalías de manera precoz. Cualquier valor anormal que salga deberá ir acompañado del adecuado consejo genético por profesionales especializados.

La edad también influye en un mayor riesgo de diabetes gestacional por lo que se recomienda la realización de la llamada “prueba del azúcar” (Test de O ‘Sullivan en la mayoría de los protocolos) en el primer trimestre en estos casos.

Control segundo y tercer trimestre

El aumento de la edad materna también se ha visto correlacionado con un aumento en el porcentaje de malformaciones cardiacas encontradas por lo que se deberá hacer especial hincapié en el corazón al realizar la ecografía morfológica de la semana 20-22.

El aumento de riesgo de preeclampsia con la edad conlleva que tengamos que hacer un buen seguimiento de la tensión arterial durante estos trimestres, así como verificar a través de ecografía que el crecimiento de nuestro bebé está siendo correcto.

Además, hay que volver a repetir la “prueba del azúcar” como en todos los embarazos en el segundo trimestre ya que el riesgo es mayor que el primero debido al aumento, entre otras hormonas, del lactógeno placentario.

Hay un gran debate aún sobre el manejo final de estas pacientes en las últimas semanas de embarazo. Algunos abogan por aumentar los controles a partir de la semana 38 con registros cardiotocográficos y ecografías, aunque no se ha demostrado mejoría en los resultados obstétricos. Este debate se extiende a la finalización del embarazo ya que sabemos que la edad predispone a complicaciones al pasar de la semana 40 de embarazo. Por todo esto es de vital importancia tener un seguimiento personalizado en el que se tengan en cuenta las características del embarazo y la gestante, así como sus deseos y opiniones.

Dra. María Martinez (nº 03/2870742 de colegiado), ginecóloga en Instituto Bernabeu

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