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Trabajo del IB sobre el efecto de la vitamina D en la fertilidad premiado como la mejor investigación clínica de la Sociedad Británica de Fertilidad

15 de enero de 2014

Trabajo del IB sobre el efecto de la vitamina D en la fertilidad premiado como la mejor investigación clínica de la Sociedad Británica de Fertilidad
La investigación, que ha recibido el premio a mejor investigación clínica de la Sociedad Británica de Fertilidad valora si la carencia de esa vitamina en las mujeres receptoras sí afecta de forma significativa a la tasa de embarazo en ciclos de FIV y de la que se extrae que seis de cada diez donantes de ovocitos tienen deficiencia de vitamina D aunque no afecta a la tasa de embarazo en tratamientos de Fecundación in Vitro.
 
Esa es una de las conclusiones que recoge el último proyecto científico en fertilidad del Instituto Bernabeu de Alicante. Para este trabajo en concreto se analizaron los índices de esa vitamina en 142 donantes de ovocitos del centro alicantino de entre 18 y 33 años. Tras analizar los datos y tener en cuenta factores como el índice de masa corporal o la edad, se concluyó que el 62,2% de las donantes es deficiente en vitamina D. Para la Dra. Pino Navarro, directora de la Unidad de endocrinología y nutrición del IB, se trata “de algo habitual en la población, como una epidemia en el sentido de que es muy frecuente”.
 
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La investigación, divulgada en forma de póster, se incluye dentro de un proyecto mayor dirigido a “valorar los efectos del déficit de vitamina D en la fertilidad”, según explica el Dr. Ll. Aparicio, co­director de la Unidad de medicina reproductiva del IB y uno de los profesionales que trabaja en la investigación. El objetivo es “ver dónde está la clave, si en el factor ovocitario o en el factor uterino”, ya que está comprobado que “los niveles más bajos de vitamina D ofrecen resultados peores en tratamientos de Fecundación In Vitro”.
 
En un segundo estudio parte también de ese macro proyecto, y tras medir los niveles de vitamina D en 162 donantes de ovocitos, la conclusión ha sido que “cuando están los niveles más bajos, no tienen peor pronóstico”. Es decir, que “los niveles de vitamina D en ovocitos de donantes no son predictivos en el éxito de la fecundación en tratamientos con donantes”. La investigación se realizó dividiendo a las donantes en tres grupos diferenciados según sus niveles de vitamina D. “El  objetivo principal era determinar la tasa de embarazo en receptoras en función de los niveles de vitamina D de las donantes”, según se afirma en el propio trabajo de investigación. Y el resultado fue que “la tasa de embarazo no era distinta entre los tres grupos”.
Pese a esa afirmación, la Dra. Navarro asegura que aunque “no alcanza significación estadística, sí que se ve un continuo”. En efecto, si se observa las cifras, se ve que el grupo de donantes con más vitamina D en sangre alcanza un porcentaje de tasa clínica de embarazo del 50%, frente que la cifra de las del grupo con menos niveles de esa vitamina se sitúa en el 40%. La experta insiste en que las cifras no son significativas a nivel estadístico pero que es conveniente “cruzarlas con los trabajos que se están realizando ya en estos momentos”.
 
En este sentido, el Dr. Ll. Aparicio comenta que el siguiente paso dentro de este proyecto es “analizar  a las receptoras”, aunque afirma ya que todo indica que “los bajos niveles de vitamina D se asocian más con factores uterinos”. Para la Dra. Navarro la precisión llegará tras “cruzar los distintos resultados” de los trabajos ya realizados con los que están en marcha en estos momentos y que estarán acabados “en un corto espacio de tiempo”. En ellos se está analizando “el endometrio receptor” y también el semen del varón.
 
La vitamina D, el organismo y las causas de los bajos niveles
 
Los especialistas del IB aseguran que todavía “es pronto” para recomendar a los pacientes regular los niveles de vitamina D. El Dr. Ll. Aparicio afirma que suministrar vitamina D a las receptoras de momento “no es razonable” ya que la investigación se encuentra en una fase “experimental”. En el caso de confirmarse la relación directa de su carencia con peores resultados en ciclos FIV, “debería recomendarse mayor exposición solar o cambiar hábitos de vida”, explica la Dra. Navarro.
 
La carencia de esta vitamina, fundamental para casi todas las células del cuerpo, está relacionada con “la dieta, el estilo de vida y el uso de cremas con factor de protección solar”, explica, por su parte, el Dr. Ll. Aparicio. Y es que la mayor fuente de vitamina D es la exposición solar. La Dra. Navarro puntualiza que “el 90% de la vitamina D” que absorbemos es “a través de la exposición solar” y que por el “estilo de vida” actual se evita precisamente esa exposición. “Vamos de casa al coche y de ahí a la oficina o lugar de trabajo. Y si hacemos deporte lo hacemos en un gimnasio”. Además, las cremas con protección solar impiden la absorción de esa vitamina crucial para nuestro organismo. “Es un regulador metabólico para todo el cuerpo”, añade la Dra. Navarro.
 
De los dos trabajos ya finalizados, el segundo (el de las 162 donantes), fue expuesto en forma de comunicación oral por el Dr. Ll. Aparicio en Sheffield (Inglaterra) el pasado 8 de enero. La investigación ha recibido el premio al mejor trabajo de investigación clínica 2014 por parte de la Sociedad Británica de Fertilidad. “La comisión evaluadora tiene en cuenta distintos factores, como la relevancia clínica, el diseño o la presentación”, explica el experto.
 

 

 

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