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Homeopatía y Embarazo

Homeopatía y Embarazo

La homeopatía no es tan reciente como podría creerse. A finales del siglo XVII, Samuel Hahnemann, un médico alemán, ideó esta nueva forma de tratamiento. Lo que inventó es una medicina global dirigida a curar al individuo en su conjunto y a permitirle recuperar el equilibrio. Su premisa fundamental es «lo similar se cura con lo similar«. Asumiendo que lo que causa determinados síntomas puede curarse con algo que cause esos mismos síntomas.

Trata mediante la administración de dosis infinitesimales de remedios enteramente naturales. Los medicamentos homeopáticos son elaborados a partir de sustancias vegetales, minerales o animales caracterizadas por su capacidad de provocar en un sujeto en buena salud síntomas similares a los de la enfermedad a tratar.

La Homeopatía es un método terapéutico suave que se caracteriza por la ausencia de contraindicaciones. Por este motivo, es especialmente adecuada para tratar determinados trastornos que son frecuentes en el embarazo.

Durante la gestación, la homeopatía puede actuar en diferentes campos: infecciones víricas (resfriados y  gripe), dolores articulares, trastornos intestinales, enfermedades crónicas (como alergias o asma), traumatismos e incluso, trastornos nerviosos y emocionales.

De todos modos, a pesar de que la homeopatía no tiene efectos secundarios, siempre es aconsejable acudir a un médico especialista con conocimientos en homeopatía, para comprobar que el trastorno que sufre la embarazada se puede tratar con este tipo de terapia. El profesional es quien establecerá el remedio homeopático, la formulación y la dosis adecuada, en función de los síntomas y de la personalidad de cada paciente así como la necesidad de complementar con otros fármacos. Es decir, el tratamiento homeopático puede variar de una embarazada a otra.

No sustituye al control médico obstétrico

El hecho de tomar medicamentos homeopáticos no debe reemplazar al control médico que lleva a cabo tu ginecólogo ni a la medicina tradicional. Sin embargo, se puede utilizar esta forma de medicina en tres casos principales:

  • Para luchar contra las afecciones corrientes que no son propias del embarazo (un resfriado, por ejemplo).
  • Como tratamiento contra los malestares típicos del embarazo (náuseas, calambres, ardor de estómago, piernas pesadas, etc.)
  • Para mejorar tu estado general

No obstante, la posición dominante en la literatura científica es que la homeopatía no ha sido capaz de demostrar por medios objetivos una efectividad específica. Es decir, mayor que la del efecto placebo, y que ello no se puede considerar una forma de terapia basada en evidencias.

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