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Hongos y otras infecciones vaginales

Hongos y otras infecciones vaginales

La consulta por molestias vulvovaginales (prurito, leucorrea, escozor y dolor) representa el 15-20% de las consultas ginecológicas. Las vaginitis son la causa principal de estas molestias, que con frecuencia afectan también a la vulva y al periné, por lo que en general se habla de vulvo-vaginitis.
El correcto diagnóstico es importante para su tratamiento, ya que es fácil confundirlas unas entre otras.

Las tres causas infecciosas más comunes de estas molestias son:

  • 1. Vaginitis candidiásica o candidiasis vulvovaginal.
  • 2. La vaginosis bacteriana
  • 3. Vaginitis por Trichomoma

1. CANDIDIASIS VULVOVAGINAL (CVV)

La vaginitis candidiásica, es el segundo tipo de vaginitis más frecuente en las mujeres por detrás de la vaginosis bacteriana.

Microorganismo causante de la candidiasis vulvovaginal

La mayoría de los episodios de vaginitis candidiásica están causados por una especie de hongo llamado Candida Albicans con un 80-90% de casos. Su reservorio principal es el tracto gastrointestinal y el colon.

Cabe señalar que para que podamos diagnosticar una candidiásis vulvovaginal, no es sólo necesaria la presencia de dicha especie en un cultivo, si no que tiene que ir acompañado de los síntomas típicos. Esto es debido a que Candida albicans se encuentra como flora normal de la vagina en el 10-20% de las mujeres en edad reproductiva sin que por ello cree ningún síntoma.

¿Cuáles son los síntomas asociados a la vaginitis candidíasica?

  • Picor o prurito vulvovaginal: es el síntoma más común y puede localizarse en la zona externa de los genitales y/o en la vagina. Suele ser un picor intenso e incómodo que se describe como desagradable para las pacientes si bien la severidad del mismo varía de un caso a otro.
  • Sensación de quemazón en genitales externos y/o
    dispareunia (dolor con las relaciones sexuales)
  • Molestias al orinar que se producen por el contacto de la orina con las zonas de piel irritadas y que son fácilmente distinguibles de las relacionadas con infecciones de orina.
  • Presencia de flujo vaginal blanco y espeso sin olor característico (
    leucorrea blanca grumosa y adherente -como cuajada-) .
  • La vulva suele presentar irritación, enrojecimiento (eritema) e hinchazón (edema) que se puede extender al periné.

¿Por qué aparece la candidiasis vulvovaginal?

Hay que destacar que la candidiasis no es una enfermedad de transmisión sexual y que en muchos casos no se encuentra un factor desencadenante. Teniendo esto en cuenta sí que su aparición está relacionada con:

  • Diabetes mellitus mal controlada
  • Toma de antibiótico en las semanas previas que alteran la flora habitual de la vagina (penicilinas, cefalosporinas, etc )
  • Embarazo y cualquier otra causa de aumento de estrógenos
  • Disminución del sistema inmune
  • Factores locales que incrementan la humedad o dificultan la transpiración de la vulva.

En la vagina existe un microambiente húmedo y protector en el que participan las secreciones del epitelio y de las glándulas del cuello del útero, además de la microflora bacteriana formada por los bacilos de Dodërlein. La alteración de este ecosistema puede ser el  primer paso que favorezca la colonización de gérmenes patógenos y la consiguiente vaginitis o incluso cervicitis.

Un 5% de las pacientes presentan más de 4 episodios en 1 año, lo que se denomina vulvovaginitis candidiásica recurrente o crónica.

¿Cuál es el tratamiento de la candidiasis vulvovaginal?

El tratamiento suele ser tópico, es decir, a través de óvulo o cremas con compuestos que consiguen erradicar, o al menos disminuir, la presencia de los hongos. Son tratamientos sencillos, rápidos y con pocos efectos secundarios.

El tratamiento con compuestos orales se reserva a casos recurrente o síntomas severos.

¿Ayuda el uso de probióticos a curar la candidiasis vulvo vaginal?

El uso de probióticos a la misma vez que el tratamiento con antifúngicos, ha demostrado mejorar la curación y el alivio de los síntomas, además de disminuir la probabilidad de tener un nuevo episodio en el siguiente mes.

¿Puedo prevenir la aparición de la candidiasis vulvovaginal?

Es muy difícil prevenir al 100% la aparición de la candiasis, pero sí que podemos modificar hábitos simples que nos ayudarán a mejorar la flora vaginal y reducir los síntomas:

  • Usar ropa interior de algodón.
  • Evitar en la medida de lo posible tener la zona húmada.
  • No se recomiendan las duchas vaginales ni utilizar aire frío o caliente para secar la zona.
  • Lavado externo con jabones que respeten el pH de la piel y preferiblemente sin perfumes. No es recomendable lavados más de una vez al día.
  • Llevar una dieta equilibrada y baja en azúcares refinados.
  • Evitar, si tenemos síntomas, la depilación o rasuración de los genitales ya que podría exacerbarlos.

2. VAGINOSIS BACTERIANA (VB)

Se trata de una alteración de la flora normal de la vagina que conlleva un aumento del pH y de bacterias  anaerobias (gadnerella vaginalis, ureaplasma, mycoplasma), con una disminución de la población de Lactobacillus.  En la mayoría de los casos está asociada a la presencia de Gardnerella vaginalis.
La tasa de recurrencias es alta, llegando al  15 – 30%.

Síntomas de la vaginosis bacteriana (VB)

  • Cambio del olor de las secreciones vaginales conocido comúnmente como “olor a pescado”.
  • Flujo fino, poco espeso y grisáceo.
  • El picor, aunque puede estar presente, no es un síntoma típico.

Tratamiento de la vaginosis bacteriana

El tratamiento consiste en un antibiótico (metronidazol o clindamicina) ya sea oral o a nivel local, si bien, recientemente se ha aprobado un nuevo fármaco local para el tratamiento de la VB con buenos porcentajes de curación: el cloruro de decualinio.

3. TRICOMONIASIS O VULVOVAGINITIS POR TRICHOMONAS

Por este nombre definimos a la infección causada por Trichomonas vaginales. La trichomona vaginalis es un parásito intracelular que se transmite casi exclusivamente con las relaciones sexuales (es por tanto una enfermedad de transmisión sexual o ETS). La sintomatología varía:

Síntomas:

  • Infección asintomática en la mayoría de los casos, alrededor de un 70-80%.
  • Sangrado y/o dolor con las relaciones sexuales.
  • Flujo vaginal espumoso y maloliente, que varía en color desde amarillo a verdoso.
  • Irritación y picor local.
  • Dolor en la zona baja del abdomen.

El tratamiento está indicada siempre que se encuentre este protozoo,  ya sea con metronidazol, clindamicina o tinidazol a pesar de no tener síntomas. Además, está indicado el tratamiento simultaneo de la pareja.

El tratamiento de las cándidas vaginales se basa en 3 pilares:

            1.- Evitar y tratar las causas desencadenantes siempre que sea posible.

            2.- Tratamiento médico con azoles tópicos (cremas y óvulos vaginales) y orales (clotrimazol, miconazol, fenticonazol, fluconazol, itraconazol, etc).

           3.-  Mantenimiento de una microflora vaginal de lactobacilos, que puede verse afectada por el uso de antibióticos, antifúngicos, jabones y duchas vaginales, para un control fisiológico de las infecciones y una profilaxis de las recidivas.

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Dra. María Martinez, ginecóloga de Instituto Bernabeu

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