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Ser madre después de los 40 años: opciones reproductivas, ventajas e inconvenientes

Ser madre después de los 40 años: opciones reproductivas, ventajas e inconvenientes

El retraso de la maternidad es un fenómeno social. Cada vez más mujeres optan por desarrollar sus proyectos vitales y posponer el momento de ser madre. Un nuevo modelo inspirado por los cambios sociales, culturales y económicos. Los 40 son un momento de plenitud para la mujer. Y la maternidad a partir de los 40 es una opción cada vez más habitual. Como resultado, existen varios motivos por los que se retrasa la maternidad: en ocasiones porque en las etapas más fértiles no es una prioridad; o se busca estabilidad económica; puede ser que no se encuentre la pareja adecuada; se antepone el desarrollo de una carrera profesional a tener un hijo; o bien se busca de nuevo la maternidad a edades más tardías y en muchos casos porque hay una nueva pareja con la que se desea volver a ser madre.

En pleno siglo XXI, una mujer que alcanza los 40 años, se siente más preparada y madura, cuenta con una completa información, está fuerte física y mentalmente y decide emprender el camino.

¿Cuál es la mejor edad biológica para ser madre?

El mejor momento personal no siempre es el mejor momento físicamente. Es una realidad que la fertilidad se altera con la edad. Hay un momento biológico para ser madre que cada vez coincide menos con las decisiones de la mujer de hoy. Es entre los 25 y los 30 años cuando el cuerpo está mejor preparado para la maternidad. Mientras que a partir de los 35 años la reserva ovárica (la cantidad de óvulos que posee) desciende y también su calidad. Y pasados los 40 es una caída drástica hasta la llegada de la menopausia. Por tanto, es más difícil quedar embarazada y el riesgo de aborto y de anomalías en el embrión es mayor.

Entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como un factor de riesgo medio una edad materna más allá de los 35 años. Y a pesar de ello, el retraso de la maternidad es un hecho.

En España, el Instituto Nacional de Estadística (INE) situaba en 2019 en 32,2 años la edad en la que las españolas tienen su primer hijo. Lo que coloca a las españolas junto a las italianas como las madres europeas más tardía. A nivel internacional la estadística establece los 30,1 años para tener el primer hijo.

Preservación de fertilidad para elegir el momento adecuado para formar una familia

Por ello, una opción para preservar la fertilidad es la congelación de ovocitos en la etapa fértil. Con esta técnica la mujer toma las riendas de su vida reproductiva, pudiendo decidir en el futuro su mejor momento para ser madre. En la consulta de reproducción, muchas mujeres lamentan no haber sabido antes que la fertilidad tiene caducidad y que a partir de los 35 años conseguir una gestación con óvulos propios se complica.

Hoy en día, las sofisticadas técnicas de criopreservación de ovocitos ofrecen una posibilidad por la que optan cada vez más mujeres jóvenes que no quieren renunciar a su proyecto reproductivo. Y llegado el momento, mediante un tratamiento de fecundación in vitro -ya sea con el semen de su pareja o con semen de banco de donante-, se utilizan los ovocitos propios de la paciente que guardan la misma calidad y características con las que se congelaron. De esta forma se trata de evitar la necesidad de recurrir a óvulos de donante, y a sufrir un mayor riesgo de aborto o de anomalías cromosómicas en el feto que pueden ser más frecuentes en óvulos de mujeres en edad avanzada.

¿Qué opciones reproductivas existen a partir de los 40 años?

Aunque es posible lograr una gestación natural, a partir de los 40 la tasa de embarazo con óvulo propios se reduce hasta el 5%, según indica la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Si una madre añosa (término con el que se define a las madres de edad avanzada) desea tener un hijo, lo recomendable es no perder tiempo. La medicina reproductiva ofrece distintas alternativas y la principal técnica de reproducción asistida en esta etapa es:

Dependiendo de su reserva ovárica, la respuesta a la estimulación farmacológica, sus marcadores genéticos e incluso, el índice de masa corporal, se realizan distintas pautas para optimizar el resultado. En Instituto Bernabeu nos apoyamos en diferentes estrategias que se individualizan desde nuestra unidad de reserva ovárica, como por ejemplo, estimulación suave y dosis ajustadas que tratan de obtener ovocitos de mejor calidad, también la doble estimulación para obtener un mayor número de ovocitos, la aplicación de la farmacogenética, etc.

Puede darse la circunstancia de que la mujer ya tenga la menopausia, y por lo tanto no ovule o la calidad y/o número de ovocitos no sea suficiente, por lo que requiere de donación de gametos para lograr el embarazo. Los principales tratamientos son:

  • La ovodonación (fecundación in vitro con óvulos de una donante lo más similar a la madre receptora).
  • La embriadopción (la adopción de un embrión ya generado que se encuentra congelado).
  • Doble donación (la generación de embriones a partir de semen y óvulos donados que provienen de donantes lo más similares a la familia receptora).

Evitar abortos o anomalías genéticas: Diagnóstico Genético Embrionario Preimplantacional (DGP)

Diagnóstico Genético Embrionario Preimplantacional (DGP) Instituto Bernabeu

Un dato de gran importancia es que a partir de los 40 años es más frecuente que el embrión presente anomalías y puede ocurrir que:

  • no llegue a implantar en el útero
  • exista el riesgo de un aborto en los primeros meses de gestación o
  • nazca con alguna anomalía

Por eso es recomendable efectuar el Diagnóstico o Test Genético Preimplantacional (DGP, también denominado PGT). El DGP se realiza en el embrión antes de su transferencia al útero materno. Consiste en su análisis a partir de una pequeña biopsia.  Tiene como objetivo detectar anomalías genéticas y/o cromosómicas. En consecuencia, permite la selección de los embriones sanos, evitando la transferencia de embriones anómalos y por tanto el nacimiento de bebés con distintos síndromes, así como la tensión emocional que provoca un aborto.

Ventajas de la maternidad a partir de los 40 años

La maternidad tardía tiene sus ventajas. En esta etapa la mujer cuenta con una mayor madurez y grado de responsabilidad. El embarazo es deseado, es menos habitual la depresión postparto y la madre posee mucha información que repercute en su cuidado personal y en el de su futura familia. Además, suele contar con una mejor situación económica y laboral que ofrece mayor estabilidad para educar a su hijo. Se ha demostrado que los niños nacidos de madres de más de 40 años, reciben mayor apoyo emocional y una mejor educación.

Inconvenientes de ser madre después de los 40 ¿Qué riesgos existen en el embarazo a partir de los 40 años?

No obstante, cuanto mayor es la edad, los riesgos para la embarazada y para el feto también aumentan. Además de una disminución de los óvulos, el envejecimiento del ovario y en consecuencia de los ovocitos, puede conllevar defectos genéticos en el embrión y un mayor riesgo de sufrir diferentes patologías durante el embarazo y en el nacimiento:

  • Hay más probabilidad de sufrir un aborto espontáneo.
  • Existe un mayor riesgo de padecer un embarazo ectópico
  • Es más frecuente que la madre padezca hipertensión
  • Diabetes gestacional
  • Preeclampsia
  • Tromboembolismo
  • Problemas tiroideos
  • Inserciones placentarias anómalas
  • Es más habitual el parto prematuro
  • Con frecuencia el parto se desarrolla por cesárea
  • Y hay mayor riesgo de hemorragia postparto

Controles y pruebas ginecológicas

Por ello, más allá de los 40 se considera como gestación de alto riesgo. Los controles ginecológicos deben de ser más frecuentes y exhaustivos, para evitar o detectar cuanto antes  estas patologías que pueden alterar el desarrollo del embarazo.

Durante este periodo, la gestante puede optar por realizar pruebas de Diagnóstico prenatal, que son de ayuda para conocer el riesgo que tiene el bebé de padecer alteraciones en los cromosomas o descartar defectos congénitos o malformaciones. Las principales pruebas son:

Técnicas no invasivas

  • Contamos con el test de ADN fetal en sangre materna para detectar las anomalías cromosómicas más habituales que pueden identificarse a través de la muestra de sangre de la madre. Se trata de
    • trisomía, la presencia de tres copias de un cromosoma en lugar de dos
    • monosomía, cuando falta una de las copias
  • y microdeleción, cuando falta una pequeña parte del cromosoma.

Las alteraciones cromosómicas más frecuentes que se detectan son:

  • la trisomía 21 o Síndrome de Down
  • trisomía 18 o síndrome de Edwards
  • también la trisomía 13 o Síndrome de Patau
  • sí como las alteraciones en los cromosomas sexuales X e Y

Es posible realizarse un test ampliado como el que ofrece Instituto Bernabeu que permite el análisis de la delección 22q11,2 o síndrome diGeorge y el test completo que analiza las alteraciones de los 24 cromosomas junto a las microdeleciones. Ver más

Pruebas invasivas

  • Mediante la amniocentesis se extrae líquido amniótico del interior de la placenta -la bolsa en la que está el feto-. La punción se realiza con una aguja muy fina a través del abdomen y se extraen células del embrión que se analizarán para localizar la posible presencia de anomalías cromosómicas o genéticas y defectos del tubo neuronal. Se efectúa entre la semana 15 y 18. Conocer más.
  • A través de la Biopsia corial o de corion se obtiene tejido de la placenta para el estudio de los cromosomas fetales, el ADN o enzimas fetales. Se realiza por vía abdominal o transcervical. Su ventaja frente a la amniocentesis es que puede realizarse en la semana 11 y 12. Ampliar información.
  • La Funiculocentesis o cordocentesis es la punción y extracción de sangre de la vena umbilical para detectar anomalías congénitas y sanguíneas. Es un método poco frecuente que se debe realizar por médicos expertos. Se realiza a partir de la semana 19-20. Posibilita el estudio rápido de los cromosomas y de esta forma confirmar posibles infecciones o una enfermedad grave del feto.

Cuidados en embarazos de madres de más de 40 años

La alimentación es fundamental para las embarazadas y se debe cuidar especialmente en el embarazo tardío.

  • Es recomendable seguir una dieta variada, rica en frutas y verduras y alimentos con ácido fólico como las legumbres, las verduras de hoja verde, los frutos secos o los cereales. En Instituto Bernabeu contamos con una unidad específica de endocrinología y nutrición durante el embarazo.
  • En segundo lugar, es importante realizar algo de ejercicio, mantener un peso adecuado y la menta activa.
  • Por último, se deben de evitar sustancias nocivas como el alcohol, el tabaco y excitantes como el café. También debería alejarse de las sustancias químicas que están presentes en la vida cotidiana como los propios cosméticos o productos con componentes químicos.

Consulta ginecológica preconcepcional para prepararse para el embarazo

La planificación del embarazo debería iniciarse con una consulta preconcepcional. Una recomendación que se convierte en más necesaria cuando se plantea la maternidad a edad avanzada. El embarazo a partir de los 40 años se considera de riesgo y requiere de controles más estrictos que deberían iniciar con la prevención y preparación adecuadas.

¿Cómo será el parto si me quedo embarazada a partir de los 40 años?

La edad no implica grandes diferencias a la hora de dar a luz. Aunque a partir de los 40 años, es más alto el riesgo de parto prematuro y que el bebé nazca antes de las 37 semanas de gestación. También es más alta la probabilidad de que el alumbramiento se desarrolle por cesárea. La musculatura del útero es menos elástica y tiene menos capacidad para contraerse. De ahí que el ginecólogo pueda recomendar inducir o provocar el parto. Es más habitual que se usen instrumentos como fórceps o ventosas porque las contracciones uterinas suelen ser más débiles y es necesario ayudar el nacimiento del bebé.

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