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Condiciones de cultivo embrionario más fisiológicas: Reducción del oxígeno en la incubadora

Condiciones de cultivo embrionario más fisiológicas: Reducción del oxígeno en la incubadora

Un aspecto clave para contribuir a mejorar las tasas de éxito en aquellas parejas que recurren a la fecundación in vitro para solucionar su problema de esterilidad es la mejora en las condiciones de cultivo embrionario, mimetizando aquellas que se dan in vivo.

Tradicionalmente el cultivo de embriones humanos in vitro se ha llevado a cabo en incubadoras en una atmósfera controlada al 6% de CO2 y 21% de O2. Sin embargo, sabemos a partir de estudios realizados en distintas especies de mamíferos que estas condiciones no son las mismas que se dan in vivo en la trompa y en el útero, donde la tensión de oxígeno oscila entre el 2-8%.

Esta concentración suprafisiológica de oxígeno se ha relacionado con posibles efectos negativos sobre el desarrollo embrionario y el resultado final de las técnicas de reproducción asistida (TRA), debido a la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS).

Esta concentración suprafisiológica de oxígeno se ha relacionado con posibles efectos negativos sobre el desarrollo embrionario y alteraciones de la expresión génica, debido a la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS).

Los ROS son moléculas derivadas del O2, que actúan como potentes agentes oxidantes capaces de alterar la función y estructura de muchas moléculas que en último término podrían comprometer la viabilidad del embrión.

Hay evidencias de que la disminución de ROS en el ambiente que rodea al embrión podría suponer una mejora en los resultados de TRA. La estrategia planteada para prevenir la formación de estos agentes nocivos consiste en el cultivo en incubadoras especialmente diseñadas para mantener una presión parcial  reducida de O2 del 5% o incluso más bajas, intentando mimetizar las condiciones in vivo. De esta forma se ha conseguido en el laboratorio reducir los niveles de ROS y mejorar la calidad embrionaria y, en definitiva, incrementar las tasas de embarazo.

Jaime Guerrero, biólogo del Instituto Bernabeu.

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